martes, 25 de marzo de 2008

Minería responsable

Minería responsable, sinónimo de desarrollo
Todos sin excepción los que nos encontramos inmersos en el quehacer del desarrollo, de la lucha anticorrupción, de los aportes porque Moquegua y sus habitantes tengan una convivencia activa con sus riquezas y estas sirvan para mejorar nuestras condiciones de vida. Para nadie con sentido común podemos dejar de lado el tema de la explotación de las riquezas mineras (cobre), en la zona de Quellaveco y menos los que andamos en esto del turismo, la ecología, la comunicación y el desarrollo social el tema minero resulta siempre una espina en el zapato. Claro, las mitificaciones sobre la actividad han sido –y serán- muchas y en las dos vías: la que transitan los enemigos acérrimos de la minería (de todas, CONACAMI, grupos interesados en obtener dinero o compensaciones por miniparcelas agrarias u otros agrupados que obedecen a intereses nada santos), y la que frecuentan los que siguen viendo en la actividad algo así como el nom plus ultra del desarrollo. En asuntos como este los extremos no siempre solucionan los problemas. Veamos porqué. Nuestro país fue diseñado por historiadores y profetas como una tierra prometida para la agricultura y sus derivados y eso, lo sabemos hoy, no ha sido otra cosa que una bonita interpretación, nada más. Apenas el 4 % de la superficie nacional es apta para el desarrollo de actividades agrícolas, el resto es lo que los viajeros atentos vemos cuando recorremos el territorio patrio: desiertos y más desiertos, cordilleras que impactan por su omnipresencia y bosques de límites infinitos. Los cálculos más optimistas refieren que (esforzándonos) acaso podríamos duplicar dicha cobertura productiva. Esa es la verdad, no hay otra. No somos el paraíso agrícola que nos dijeron que éramos. Tal vez por eso es que los analistas y planificadores se afanan en buscar otros sectores productivos que nos sirvan para dar de comer a tantas bocas en un país que tiene a más de la mitad de su población bajo los estándares de la pobreza y pobreza extrema. De allí la importancia de la pesquería, las otras industrias extractivas, el turismo...y porqué no decirlo de una vez, la minería. No hay país en el mundo, creo, que tenga más vocación minera que el nuestro. En un tiempo lejano la plata, luego el oro; en épocas más modernas el cobre, el zinc, el plomo, el estaño y, ahora, nuevamente el oro. Antamina, Yanacocha y Barrick (junto a otras empresas del ramo, es necesario apuntarlo) han logrado posicionarnos como el primer productor de este mineral en Sudamérica y el sexto a nivel global. Curiosamente el país que posee récords envidiables en biodiversidad (primero en especies de peces, segundo en aves, tercero en anfibios, cuarto en megadiversidad, quinto en plantas...) es el sexto en el planeta en cuanto a riqueza aurífera se refiere. Moquegua se ha convertido en una potencia económica desde las más pequeñas Municipalidades que no superaban los 100 mil soles anuales de presupuesto han sobrepasado el millón de soles largamente y en su gran mayoría las cercanas a las zonas mineras caso el de Torata sobrepasan tranquilamente los 150 millones de soles y no porque tengamos una superagricultura, todo este dinero por millones es gracias a la minería (canon y regalías mineras), que han posibilitado se realicen y se continúen proyectando obras de envergadura en toda la región inclusive, gran parte de esos recursos han sido destinados para mejoramiento del agro en toda la región, beneficiando directamente a los agricultores y lamentablemente es un grupillo de este sector que asume una posición errática y de oposición tenaz, llegando a una oposición sin fundamentos y sustentando sus posiciones con generalidades que no hacen más que confundir a los ciudadanos. ¿Qué hacer frente a esa realidad?, ¿debemos dejar de lado esa fuente de riqueza, asumir posiciones extremistas y mirar para un costado? No, definitivamente No, pero tampoco pretendo convertirme en el panegirista o defensor de la actividad minera en el Perú, y menos en defensor de Anglo American y sus intereses (para ello cuentan con profesionales en marketing, sociologos, etc., que bien pueden hacerlo y que ya lo están haciendo), y de la misma forma mi posición con SPCC, escribo a nombre de quienes reconocemos sin mezquindades que el desarrollo en infraestructura, más que en capacidades (Manejo de Municipios y Gobierno Regional), es un paso importante en el progreso de nuestra Región, todos podemos hacer uso de estos recursos mediante el presupuesto participativo de cada zona y hasta se llegan a extremos ciudadanos en aprobar obras insulsas y despilfarrar esos dineros, lo cual escapa a la responsabilidad de las Mineras, siendo esto total responsabilidad de las autoridades locales y Regional; sin embargo, es necesario –en este y en otros temas- fijar posición. No hacerlo es seguir militando en la causa de la indecisión o de la hipocresía... La explotación Minera de hoy no es como la de ayer, las leyes actuales son más integrales en la defensa de la ecología, del agua y tienden a que las empresas que asumen los retos de invertir para explotar las riquezas mineras, deban de hacerlo con responsabilidad social y las nuevas tecnologías, si los Moqueguanos tenemos malos recuerdos con la contaminación ambiental de la fundición de Ilo y SPCC, vemos que todos esos temas se han superado con inversión, tecnología y el cobro mensual de cientos de agricultores de compensaciones y por ahí parece que va el interés de ciertos politiqueros opositores ligados al agro, es decir en buen romance, ellos saben que sus parcelas anualmente no les producen una buena cosecha debido a sus desconocimientos en productividad agraria, porque no tienen los recursos necesarios para su producción, o simplemente no les interesa que produzca su tierra, y sólo están a la espera de que surta su “cuento”, su “teoría” para ver si quiebran a las Mineras en este caso a Anglo American Quellaveco e invierten en sus parcelas o les sacan algunos de miles de dólares en beneficio de ellos y esta parece ser la forma como estarían actuando para convencer a algunos agricultores y sumarse a su posición opositora. Tenemos que tener en cuenta que Moquegua es una zona Minera con una agricultura incipiente y que estamos muy lejos para ser una zona agroexportadora competitiva con otras zonas del país y menos con valles cercanos de los países vecinos, al momento en más de 15 años de inversión en Pasto Grande y en otros proyectos del sector agrario, los únicos beneficiados son algunos dirigentes avivatos con la invasión de terrenos agrícolas y el financiamiento de obras de canales y otros gracias al canon minero y las grandes mayorías de ciudadanos de la región, vemos como cierto grupillo de agrarios han hecho su “modus vivendi”, el oponerse a la inversión minera. Las miles de familia de toda la Región, debemos de impulsar el inicio de la actividad minera en Quellaveco, porque esto significará mayores puestos de trabajo a corto plazo y el incremento de el canon y regalías que nos beneficiará a todos sin excepción, incluyendo a los grupos opositores, que no quieren reconocer los grandes beneficios que ha traído al desarrollo regional Cuajote con SPCC y esperamos próximamente con Quellaveco y Anglo American. Es imprescindible que el Gobierno Regional, las Municipalidades que gozan y rebosan de millones de soles gracias a la minería, se pronuncien y no guarden silencio político hipócrita.

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