[Percy Buendía Quijandría] El gran desafío en los próximos cinco años de gobierno es acabar con la pobreza rural, pues si resolvemos este tema, estaremos generando oportunidades no solo para los habitantes del campo, sino también para la población urbana, afirma el presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP), Federico Arnillas Lafert.. Y en este aspecto, la atención a la primera infancia, para contrarrestar males como la desnutrición o la anemia, y acortar las brechas en la educación inicial, cobra también importancia en el trabajo del próximo régimen, enfatiza. En las siguientes líneas expresa diversos conceptos sobre política social a implementarse en el quinquenio que se avecina. Existe un compromiso de reducir de manera sostenida y sostenible las pobrezas y desigualdades que afectan a los peruanos. ¿Qué aspecto se debe priorizar durante el próximo gobierno para alcanzar este logro? -Hay una coincidencia en todas las fuerzas políticas de que diversas consecuencias de la pobreza deben atenderse de manera urgente, a la vez de que se empiezan a atacar las causas. Una prioridad es aquel grupo poblacional en el que la pobreza genera daños irrecuperables y es lo que hemos llamado la agenda por la infancia. Acá, de lo que se trata es evitar estos daños que son irrecuperables y que afectan a la infancia en el Perú y eso se traduce en algunos derechos que hay que garantizar como Estado y sociedad. ¿Cuáles son estos derechos? -En primer lugar, hay que garantizar el derecho a la identidad, al nombre, que causa otros efectos colaterales positivos cuando está debidamente garantizado, no solo para la persona, en este caso el niño o la niña, sino también para la sociedad. El segundo, es el derecho a la salud que en ese periodo de la existencia de los menores es esencialmente el derecho a la vida. Existe una gran preocupación por reducir los índices de mortalidad materna y neonatal. El Perú registra mejoras en este campo y de lo que se trata es consolidar esta defensa de la vida de las mujeres madres y de los recién nacidos. La mortalidad neonatal, la que ocurre en los primeros 29 días, es el punto crítico sobre el cual hay que intervenir, que es donde menos mejoras se ha logrado en el país. Otro tema clave en cuanto a daños irrecuperables es lo que están vinculados al impacto de malnutrición de niños y niñas, en especial la que se expresa como desnutrición crónica y lo que se traduce como anemia. Son los temas de preocupación principal, no son los únicos, pero sí los más destacados. ¿Cómo atacar estos problemas? -Lo que se busca es generar una sinergia entre lo que hay que hacer en términos nacionales con lo que viene de los compromisos regionales. En la campaña municipal regional se suscribieron 25 acuerdos regionales. Veintitrés de los presidentes regionales en ejercicio, incluida la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, firmaron estos acuerdos. El objetivo es bajar la desnutrición crónica de 17.9% a 12%. Esta meta es muy importante porque la desnutrición crónica es una resultante de varios problemas. Es un tema en el que para obtener un resultado se necesita que el Ejecutivo y los gobiernos regionales y locales contribuyan, porque detrás de un índice de desnutrición crónica hay por ejemplo el acceso o no al agua potable o la disposición segura de excretas, y esta es una competencia de las comunas. Para evitar la desnutrición crónica hay que proteger a los niños y niñas de enfermedades frecuentes. En este campo, la vacunación es muy importante. El que compra los medicamentos es el Ejecutivo, pero el que se encarga de la operación de campo es el gobierno regional. Entonces, el ataque a la desnutrición crónica implica esta cooperación intergubernamental. Hoy día la prevalencia de anemia en niños menores de tres años está en 50%. Uno de cada dos infantes presenta algún grado del mal. Enfrentar este problema es también prioritario, porque en esta etapa crucial de la formación del cerebro de nuestros pequeños, la anemia es una amenaza sobre su evolución presente y futura. La educación cobra también importancia en esta atención a los niños... -En el caso de educación, es también un factor estratégico la competitividad y tenemos problemas serios en términos de logros de aprendizaje. En el país, la cobertura de primaria es muy buena, donde existen problemas es en la educación inicial, pues registra una subcobertura en las zonas rurales. La educación inicial es clave para los aprestamientos, para los aprendizajes de lectoescritura. Entonces, ampliar la cobertura de educación inicial es un punto de consenso. Después, la tarea es mejorar las estrategias pedagógicas para los logros de aprendizaje al inicio, pero también al final de la primaria y después en la secundaria. La agenda de la infancia es prioritaria porque si generamos buenas condiciones en los niños quebraremos la transmisión intergeneracional de la pobreza y generaremos igualdad de oportunidades en la línea de partida. La mayor probabilidad de ser pobre la tiene el hijo de una familia pobre. ¿Cómo mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales en los siguientes cinco años? -El desarrollo rural incluye ejes muy importantes: uno clave es la capitalización de la pequeña producción rural. Durante muchos años, los precios relativos han sido negativos para el campo, hay una descapitalización entre los productores. Hay que recapitalizar el agro, pero acorde con los desafíos de estos tiempos. El agua es el recurso fundamental. La capitalización de la zona rural pasa, por ejemplo, por desarrollar tecnologías en la escala de la parcela para manejar el recurso hídrico, para diversificar la oferta productiva. Tenemos identificadas aproximadamente 814 mil unidades productivas familiares de pequeña escala, familias rurales que viven con lo que pueden obtener en su producción en menos de cinco hectáreas, incluso, en la mayoría de los casos con menos de dos hectáreas. Ahí, hay un desafío clave para enfrentar la pobreza en el próximo quinquenio. Atención a los adultos mayores Un aspecto importante es la atención integral a los adultos mayores. ¿Cuáles son las prioridades en este campo? -Es un segmento muy importante de la población. Estamos hablando de 2.5 millones de personas de 65 años o más. Cerca de 650 mil de estas personas viven en zonas rurales, donde no hay AFP ni ONP. Ahí hay un tema concreto, es gente que envejeció trabajando y vivió años difíciles. En la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, esta situación nos llevó a trabajar el tema de las personas adultas mayores y, en especial, el tema de las pensiones no contributivas para ellos. Y vimos que era factible manejar un programa de pensiones solidarias. Cuando el Gobierno lanzó el Bono de Gratitud nosotros sentimos que se estaba recogiendo una propuesta que venía de este proceso de concertación de las diversas fuerzas políticas que se comprometieron a cumplir diversas acciones en la lucha contra la pobreza.