Al referirse a los pedófilos, el médico psiquiatra Rolando Pomalima, director de Niños y Adolescentes de la institución, indicó que en el 90 por ciento de los casos son de sexo masculino. La mayoría de estos delitos se cometen en casa de la víctima o en lugares que ésta frecuenta.

"Las niñas o niños y adolescentes abusados sexualmente son desposeídos de su infancia y pierden la confianza en los adultos, por lo que presentan en su mayoría problemas de su salud mental a corto y largo plazo", advirtió.

Los síntomas se pueden presentar en ansiedad, depresión, conductas agresivas, pesadillas, pérdida de apetito, disminución de su rendimiento escolar, entre otros factores.

Si dichos síntomas no son tratados de manera inmediata y adecuada, los menores pueden sufrir de serios trastornos psiquiátricos tales como trastornos de personalidad, estrés postraumático e incluso llevarlos al suicidio.

El especialista señaló que, en muchos casos, el pedófilo suele ser una persona del entorno del niño, el cual mantiene en absoluta discreción estos comportamientos.

Su perfil es el de una persona que ha sufrido traumas o abusos sexuales en su infancia, vivieron en ausencia del padre, tuvieron serias carencias afectivas o fueron abandonados, comentó.

"La pedofilia es un trastorno psiquiátrico y un tipo de abuso sexual contra niñas o niños, que está clasificado dentro de las parafilias, que son desviaciones sexuales o perversiones contra los menores", anotó.

Internet

La globalización de la tecnología en el ámbito de internet y plataformas online se han convertido - dijo- en una de las modalidades más preferidas por los pedófilos, entre ellas las redes sociales (Facebook, twitter, MySpace, Google+, Linkedin y Badoo, entre otras) y foros online.

Pomalima mencionó que mediante estas vías, los pedófilos buscan el Grooming (conducta de un adulto para ganarse la amistad con menores de edad y establecer vínculos emocionales).

Frente a ello, el galeno exhortó a los padres de familia a crear vínculos afectivos con sus hijos que permitan desarrollar  la confianza, limitar y controlar las horas de uso del internet.

 

También aconsejarlos a no comunicarse con personas desconocidas y enseñarles sobre los peligros de dar información privada o publicar fotos o intimar con desconocidos.

"Hay que estar alertas cuando el niño o niña empieza a comportarse de manera distinta a la normal o se muestre desinteresado y retraído en su vida cotidiana, pues el modus operandi en este medio es la creación de distintos perfiles, con nombres falsos y simulando tener la misma edad de sus potenciales víctimas", alertó.