Rafael Romero
El pionero en la defensa del niño y el adolescente es Ricardo Belmont y el programa de televisión donde más se difunde la doctrina, los derechos y los conceptos que benefician a la niñez es “Habla el Pueblo”. Y cuando vemos que esta lucha se desenvolvió tanto tiempo en solitario, resulta que hoy nos felicitamos porque es un asunto que ya está en la agenda nacional. Sin embargo, falta un largo camino por recorrer sobre todo cuando hay documentos que se firman pomposamente para ayudar a la niñez, aunque en la práctica son ignorados por los canales de TV, los anunciantes y las agencias de publicidad.

Por eso he aquí otro gran reto a enfrentar: hacer que lo que se firma se convierta en realidad. Por ejemplo luchar para que la “Declaración de principios sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes en los medios de comunicación”, suscrito el jueves 22 de noviembre en la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros, sea eficaz y se cumpla en todos sus extremos. Lamentablemente esta declaración, a las pocas horas de haberse firmado por los canales de TV, la Unicef, Save the Children, la SNRTV, la ANDA y representantes del Ejecutivo, fue incumplida como consecuencia de los noticieros sangrientos y de los programas de la farándula que hoy suelen especializarse en la llamada “crónica roja”.

Y esto es muy grave, dado que la relatora para la Libertad de Expresión de la CIDH, Catalina Botero, firmó como testigo de la referida Declaración. De manera que si queremos contribuir a hacer de nuestra patria un país serio, lo mejor será asumir nuestros deberes ante este documento, que es reflejo de la “Convención de los derechos del niño” del 20 de noviembre de 1989, ratificada por el Perú en 1990 y de obligatorio cumplimiento. Recuerdo haberle hecho llegar con fecha 5 de junio de 2012 una carta a la Relatoría para la Libertad de Expresión, informándole de las malas prácticas existentes en la TV peruana, y lo hice bajo la convicción de que la OEA podría ayudarle al Perú a cumplir los pactos internacionales que ha suscrito.

De otro lado, sabido es que inicialmente RBC Televisión fue discriminado de participar en este proceso de reflexión sobre niñez y medios de comunicación; y que APERTV, presidida por Ricardo Belmont, fue a última hora convocada para la firma, demostrándose con ello que hay todavía un grupo de poder nada sincero que solo piensa en sus ganancias, pisoteando la ética y la responsabilidad social. De modo que les corresponde a los ministros firmantes honrar la palabra del Perú, exigiendo a los dueños de los canales que dejen de hacer apología de la violencia desde las pantallas de TV.